En algunas partes del mundo el agua residual que fluye por los desagües, incluyendo los de los inodoros, está siendo filtrada y tratada para que sea tan pura como la de manantial.
Puede que en un principio no sea muy sugerente, pero el agua reciclada es segura y sabe como cualquier otra agua potable, embotellada o de grifo.
«De ser algo, el agua reciclada es relativamente dulce», dice Anas Ghadouani, ingeniero mediambiental y profesor de la Universidad de Australia Occidental, con sede en Crawley, Perth.
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