Una original iniciativa filipina deslumbra (y alumbra) el mundo científico. Crean un dispositivo que resulta imprescindible en las regiones a las que no llega el servicio de electricidad: una lámpara que funciona a base de sal y agua.
Los filipinos Aisa y Raphael Mijeno son los creadores del increíble proyecto. Se trata de una lámpara que tiene una autonomía de 8 horas y que solo necesita un vaso de agua y dos cucharadas de sal de mesa (cloruro de sodio) para funcionar. El nombre del dispositivo es SALt (por sus siglas en inglés Sustainable Alternative Lighting, ‘Iluminación Sustentable Alternativa’ en español) y está pensado para llegar a zonas donde es difícil el acceso a la electricidad además de por sus cualidades ecológicas, informa el sitio oficial SALt.
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