Jack Cator no era lo que se puede decir un buen estudiante. En lugar de atender y adquirir nuevos conocimientos, este joven británico invertía su tiempo en la escuela en intentar, sin éxito, conectarse a internet para descargar contenidos o jugar online. Fue precisamente este afán por ser mal estudiante lo que le permitió tener una idea que, años después, le convirtió en multimillonario.
En el colegio de Cator, localizado en la ciudad británica de Norfolk, estaban instalados una serie de programas en los ordenadores que bloqueaban el acceso a la red. El joven, gracias a sus conocimientos de programación, logró inventar un código nuevo y hackear el sistema. «Pensé que sería divertido saltarme los filtros impuestos por el colegio», afirma Cator.
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