Un nuevo observatorio espacial se dirige hacia el Sol con la misión específica de vigilar su actividad para afinar las predicciones meteorológicas espaciales que permitan anticipar su impacto en la Tierra.
Los científicos vigilan las erupciones solares que se producen en el Sol periódicamente por los efectos que pueden tener sobre la Tierra las tormentas geomagnéticas que provocan, en particular en las comunicaciones satelitales y celulares.
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