El impacto ambiental comenzó en los años 60, cuando el agua de los ríos -el de la región Syr Darya y el Amu Darya- que alimentaba el mar de Aral fue desviada para poder rociar millones de acres dedicados a la producción de algodón y otros cultivos, como parte de un proyecto emprendido por la Unión Soviética.
Asimismo, los daños que ha sufrido esta zona en los últimos 14 años fueron documentados por imágenes satelitales de la NASA, las cuales evidencian que el lago se ha ido secando y que las condiciones secas del 2014 causaron que el lóbulo oriental del mar de Aral se secara por completo.
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