En un trabajo realizado en la Universidad Complutense de Madrid se analizó, en una muestra de 120 adultos sanos de entre 18 y 50 años, cómo afecta la ingesta moderada de cerveza y la realización de ejercicio físico al estado nutricional y sanitario de los sujetos, prestando especial atención a la protección antioxidante y resistencia a la insulina.
Para ello, se formaron cuatro grupos de estudio donde se distinguió entre sujetos activos y sedentarios, y entre los que eran consumidores habituales y no habituales de cerveza.
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