Facebook lo sabe todo de sus usuarios. Que no le engañen. En el mismo instante en el que un usuario le da al botón » me gusta «, ese simple gesto queda guardado y monitorizado en alguna parte de la arquitectura de la red social. Porque, debajo de los datos que proporcionamos (gratuitamente) hay un búnker de información demasiado seductor como para pasar de largo.
Puede que muchos usuarios no sean conscientes de que Facebook, más allá de ser un simpático y práctico muro en el que subir imágenes de viajes o desahogarse mediante un reguero de palabras, también es una profunda fuente de datos para los investigadores académicos , tanto dentro como fuera de la empresa. Una verdadera mina de oro. El negocio del siglo, a todos los efectos. No olvidemos que, a día de hoy, nadie le hace sombra; es la mayor red social del mundo gracias a sus más de 1.300 millones de usuarios, un tercio de la población global. Imagínense que esta red social fuese un país.
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