Julian Melchorri, un graduado del Royal College of Art de Reino Unido, creó un nuevo material a partir de una matriz hecha de proteína de seda en la que introdujo cloropastos de células vegetales. De esta forma, los tejidos son capaces de absorber agua y luz para convertir el dióxido de carbono en oxígeno.
En otras palabras, son hojas sintéticas hacen una parte de la labor de fotosíntesis, emulando a sus versiones naturales. Melchorri señala que se necesita de una mínima cantidad de humedad y luz, por lo que incluso es posible crear pequeñas lámparas con estas hojas para generar oxígeno en un espacio reducido.
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