Dos investigadores de la Universidad de Sevilla han impactado gotas contra una superficie dura y lisa para modelizar lo que ocurre al salpicar. El juego de velocidades que entran en juego y el tipo de gas del entorno determinan que la gota se mantenga o desprenda gotitas.
¿Por qué la silueta que adopta una gota de café o de leche tras impactar contra la mesa del desayuno es, a veces circular y otras veces estrellada? La respuesta está relacionada con las intrincadas condiciones que determinan cuándo una gota que impacta contra un sustrato sólido mantiene su integridad tras el choque o bien se fragmenta en trozos muchos más pequeños, experimentando lo que se conoce como la transición al splash.
Leer la nota completa en: Agencia Sinc