La seda producida por las arañas es ligera, flexible y, en proporción a su peso, más fuerte que el acero. Sus posibles aplicaciones abarcan desde el equipo quirúrgico hasta la ropa protectiva para los militares. Sin embargo, producir la suficiente seda de araña para fabricar y comercializar este tipo de productos ha representado un gran reto.
La empresa estadounidense Kraig Biocraft Laboratories cree haber encontrado la solución al problema. Mediante la manipulación genética de gusanos de seda (Bombyx mori), ha conseguido producir la suficiente seda de araña para crear guantes a partir del material, los cuales serán sometidos a pruebas de fuerza.
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