Europa necesita solucionar la fragmentación de su mercado de telecomunicaciones y sus desequilibrios regulatorios si quiere incentivar una nueva generación de empresas de tecnología y crear su propia versión de la estadounidense Silicon Valley.
La Unión Europea ha reservado 80,000 millones de euros (109,000 millones de dólares) para financiar la investigación avanzada y la innovación durante los próximos seis años, enfatizando su ambición en estos campos.
Leer noticia completa en: El Economista.