Fue un día difícil en la NSA en 2008 cuando el presidente Obama pidió un teléfono inteligente.
«Realmente molestó a mucha gente; nadie quería ofrecer algo que no fuese realmente seguro», dijo el director técnico retirado de la NSA, Richard «Dickie» George en una entrevista con CNNMoney.
El papel de George era revisar los algoritmos del BlackBerry y escribir y diseñar diagramas para el teléfono.
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