El proyecto tendrá un coste de unos 140.000 millones de yenes (casi 1.000 millones de euros) y el objetivo es que comience a funcionar en torno al año 2020, detallaron hoy a la agencia Kyodo fuentes de la institución nipona.
Esta nueva máquina será capaz de realizar 1 quintillón de computaciones por segundo, 100 veces más que el superordenador K, desarrollado conjuntamente por Riken y Fujitsu y que actualmente es el más potente de Japón y el cuarto del mundo.
Se espera que este superordenador de nueva generación pueda contribuir en proyectos para sectores diversos, desde automoción hasta prevención de desastres.
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