Trabajar, concentrarse y crear mientras se escucha música es un privilegio. Hay quien cuando tiene que trabajar en serio se tiene que quitar la música porque las bandas sonoras distraen, deprimen o simplemente lo sacan a uno del asunto en el que debe tener puestos los cinco sentidos.
Por eso elegir banda sonora para trabajar es un arte. Mucho más cuando se trabaja en equipo y se pretende que la música sea una herramienta que ayude al flujo de trabajo y al rendimiento intelectual de profesionales que se dedican a creaciones tan abstractas como puede ser escribir códigos de programación.
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