Con tres niños pequeños y un empleo, Emma Martini tiene poco tiempo para los juegos de computadora. Pero cada noche se sienta en silencio al pie de la cama de su hijo, mientras éste se duerme, para jugar Candy Crush.
«¡Me evita estar ahí sentada en la oscuridad mirando a la pared durante 15 minutos!», dijo esta madre de 32 años.
Martini es una de las fans de este adictivo juego, a quienes se puede ver concentrados en sus teléfonos y tabletas en cuanto tienen un segundo.
A diferencia de los videojuegos convencionales, cuyas partidas pueden durar horas, Candy Crush Saga es uno de los nuevos «juegos informales» que se disfrutan en momentos cortos y mientras se viaja.
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