Las amplias áreas deshabitadas en la frontera de Estados Unidos con México atraen a compañías orientadas a la exploración comercial del espacio, para lanzar las primeras naves que colocarán satélites o transportarán turistas.
La región ofrece las características especiales que están siendo buscadas por los técnicos para la construcción de futuros puertos espaciales que deberán estar ubicados en áreas remotas, alejados de importantes centros de población y con climas secos.
Al menos tres compañías privadas han adquirido terrenos en la frontera sur de los estados de Nuevo México y Texas para construir bases de lanzamientos de cohetes y pistas de aterrizaje para naves espaciales reusables.
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