Dentro de unas casetas plásticas tipo invernadero que captan y concentran energía solar, una investigadora de la UNAM desaliniza agua marina almacenada en un bote de 60 litros y recupera cinco litros de agua potable que caen a unas canaletas; con ello imita un proceso de la naturaleza.
Su método, sencillo y de bajo costo, está pensado para abastecer del líquido a comunidades marginadas que habitan cerca de las costas, donde abunda la radiación solar y el agua marina, pero no la disponibilidad del recurso potable, que se consume intensivamente en las zonas turísticas.
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