Con la reforma energética, aprobada el pasado mes de diciembre, México transformó radicalmente su sector petrolero y eléctrico. Durante 75 años, el país mantuvo una política altamente restrictiva a la participación extranjera, que solo se limitaba a ser contratista y nunca socio de Pemex.
Este modelo cerrado funcionó adecuadamente por décadas gracias a la fortuna de contar con yacimientos gigantes como Akal (pilar del proyecto Cantarell) y de grandes bondades geológicas, al permitir una gran producción a muy bajo costo.
La historia de Cantarell es bien conocida: cuenta la leyenda que en 1971 el pescador Rudesindo Cantarell notó que sus redes de pesca contenían una especie de brea, por lo que notificó a las autoridades.
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