La industria automotriz nacional se ha sofisticado con la creación de centros de investigación y desarrollo establecidos por las principales armadoras del mundo, lo cual las ha beneficiado, pero también a los ingenieros mexicanos quienes reciben mejores retribuciones por su talento.
Firmas como Volkswagen, Ford y Chrysler han impulsado talentos en sus plantas de México, donde se desarrollan diseños de motores y otros componentes innovadores que han sido exportados a sus corporativos centrales.
Expertos de la industria aseguran que esta evolución hizo que el país pasara de ser un simple armador a un desarrollador global de autos. Sin embargo, aún faltan más marcas mexicanas que compitan con las globales en el mercado doméstico.
Gabriel López, presidente de Ford México, comentó que la apertura comercial otorgada por el Tratado de Libre Comercio con América del Norte fue una de las acciones que abrió la puerta a estos centros de formación de ingenieros.
“En los últimos cinco años nuestro centro de ingenieria pasó de ser conformado por un grupo de 100 a mil personas y pensamos que seguirá creciendo”, dijo en entrevista.
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