El ISON, alguna vez descrito de forma optimista como el cometa del siglo, está muerto, víctima de un roce demasiado cercano con el sol. Tenía apenas un año.
El cometa, que emocionó a los astrónomos y a la prensa con su acercamiento a solo 1.1 millones de kilómetros (730 mil millas) del sol el jueves 28 de noviembre de 2013, fue declarado muerto el martes en una conferencia científica. Los astrónomos que habían seguido a la bola de hielo lamentaron la pérdida del espectáculo celeste que prometía iluminar el firmamento decembrino.
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