Hay excepciones: el sector automotriz de México, el de la tecnología agrícola en Brasil, los vinos de alta calidad de Chile y Argentina. Pero la regla general es que el nivel de innovación de los emprendedores de América Latina y el Caribe es mucho más bajo que el de los emprendedores de regiones comparables de Asia y Europa del Este. En consecuencia, el crecimiento del sector empresarial latinoamericano es lento y también es menor su capacidad de generar empleos de calidad y de impulsar el desarrollo de sus países de origen.
Estas son las conclusiones a las que ha llegado el Banco Mundial al analizar los factores que frenan la fuerza económica del sector empresarial latinoamericano y caribeño, y que forman parte del informe titulado “El emprendimiento en América Latina: muchas empresas y poca innovación”. “Existe una brecha sustancial y crónica en términos de innovación entre América Latina y el Caribe y los países y regiones comparables; no solo en el ámbito de investigación y desarrollo, sino también en el contexto de la innovación de productos y procesos. Además, la sufren las empresas grandes y pequeñas por igual”, señala el estudio elaborado por la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, que ha sido presentado este jueves en Miami.
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