La revolucionaria tecnología desarrollada por el español Manel Torres es un híbrido a medio camino entre la química y la alta costura, aunque sus aplicaciones han trascendido en los últimos años la frontera de las pasarelas para incorporarse a sectores como la medicina, por ejemplo para la creación de una nueva generación de vendajes e incluso parches de nicotina.
Su invención parece inverosímil, pero funciona. Mediante un aerosol que contiene fibras naturales o artificiales mezcladas en una sustancia compuesta por un tipo de disolvente y polímeros, ha ideado un sistema para pintar directamente sobre el cuerpo humano cualquier prenda de vestir, de tal forma que en apenas unos segundos el compuesto se seca al entrar en contacto con el aire, convirtiéndose en tela. En ese sentido, los componentes de la mezcla son compatibles con la regulación de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU.
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