El trabajo por turnos, hasta altas horas de la noche, o llegar hasta la madrugada mirando tu tableta o teléfono celular, puede estarte haciendo más daño de lo que creas. Eso es porque el reloj interno del cuerpo se establece por dos períodos de 12 horas de luz y oscuridad y cuando este ritmo es afectado, también se afecta el sistema inmunológico. La razón, recien descubierta, es que los genes que marcan el reloj del cuerpo están íntimamente ligados a ciertas células de tu sistema de defensa.
El hallazgo fue considerado “un feliz accidente», dijo Lora Hooper, inmunóloga de la Universidad de Texas a ScienceNews. Ella y sus colegas estaban estudiando la NFIL3, una proteína que guía el desarrollo de ciertas células inmunes y gracias a ésta podemos desarrollar actividades. El gen para esta proteína se encuentra mutado en algunos pacientes humanos con enfermedad inflamatoria del intestino, y los ratones que carecen del gen de NFIL3, tenían más células TH17 en sus intestinos.
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