Parecía una norma no escrita. De hecho, los fabricantes empezaban a dotar a sus teléfonos con dos gigas de RAM para poder hacer frente a futuras actualizaciones. Sin embargo, Google ha optado por dejar en 512 megas el mínimo de memoria de acceso aleatorio (que es lo que significa RAM) para poderse actualizar.
Otra de las mejoras que se percibirán en este aspecto se desvelará cuando se sature el móvil con un gran número de aplicaciones abiertas a la vez. El control de cambios del sistema será constante para evitar los picos de carga. Los procesos de apertura de aplicaciones serán progresivos y con prioridades por grupos. No es algo que el usuario común vaya a controlar o sentir de manera diferente, pero sí sentirá que su móvil no se queda varios segundos colgados, pensando…
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