El cáncer es una de las enfermedades que cobran más vidas anualmente en todo el planeta. No obstante su detección temprana es fundamental para un tratamiento adecuado y que los pacientes lleguen a una pronta recuperación alejada de una conclusión fatal. Sin embargo, a la par de estos esfuerzos, nuevos tratamientos para este padecimiento comienzan a asomarse, representando nuevas vías que la medicina tradicional no proporciona.
Así, un joven mexicano de 17 años de edad trabajó durante cuatro años para descubrir una proteína de bajo peso molecular y toxicidad proveniente del veneno del alacrán Rhopalurus junceus y un profármaco para tratar efectivamente el cáncer de mama.
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