“¡Sígueme, que quiero mandarte un mensaje!”, ese era uno de los tuits más comunes. Desde sus inicios Twitter apostó por mantener a raya el nivel de mensajes privados. Al igual que los públicos, solo pueden tener 140 caracteres, pero solo llegaban si emisor y remitente se seguían.
Sin anuncio previo y de momento solo para los usuarios más veteranos Twitter permite que lleguen mensajes de gente a la que no se sigue en la red. Para ello, previamente hay que entrar en configuración y aceptar la entrada de mensajes de seguidores a los que no se sigue.
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