Enviar astronautas a Marte a bordo de una nave espacial alimentada por la fusión nuclear «no es un sueño de ciencia-ficción, sino un proyecto totalmente alcanzable», según han señalado expertos en tecnología. Los científicos han apuntado que la física detrás de un cohete de este tipo ya se ha demostrado en el laboratorio y que será cuestión de décadas que uno de estos aparatos haga viajes de 90 días al planeta rojo.
Un viaje a Marte de ida y vuelta dura aproximadamente 500 días utilizando los sistemas tradicionales de propulsión química. Pasar tanto tiempo en el espacio profundo plantea riesgos graves para la salud de los astronautas, que se verían expuestos a gran cantidad de radiación y que tendrían que ejercitarse mucho para minimizar la pérdida de masa en músculos y huesos.
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