Esto que parece una locura es el último experimento del equipo de Mel Slater, un neurocientífico que trabaja en el Laboratorio de Ambientes Virtuales de la Universidad de Barcelona (EventLAB) y lleva años investigando las respuestas del cerebro en realidad virtual. Mediante un sofisticado sistema de simulación, Slater y su equipo estudian qué sucede cuando hacemos creer a nuestro cerebro que nuestro cuerpo ha cambiado y se desenvuelve en el ambiente de una simulación en tres dimensiones.
En trabajos anteriores, Slater ha comprobado que el cerebro es un traidor dispuesto a cambiarse de chaqueta a las primeras de cambio: si la realidad virtual está bien hecha, y se reciben estímulos coordinados, bastan unos segundos para que la mente reconfigure y dé por bueno que está en un nuevo cuerpo. Este mecanismo es el mismo que funciona en el experimento de la mano de goma, en el que tu brazo real queda oculto mientras el investigador toca un brazo de goma que lo sustituye. Cuando va a pinchar el brazo de goma, la persona retira su mano automáticamente, porque ha interiorizado que el brazo falso es el suyo.
Leer noticia completa en: Contenido.