Fabricar corazones sería la mejor solución para muchos enfermos que aún dependen de un trasplante (solo en España se realizan unas 250 intervenciones de este tipo al año y aproximadamente otro número similar de personas pasa por las listas de espera en ese periodo, según la Organización Nacional de Trasplantes).
Pero el órgano es muy complejo y su papel tan importante que los pasos hay que darlos con sumo cuidado. Investigadores de la Universidad de Pittsburgh publican en Nature Communications un prometedor trabajo en esta dirección: la reconstrucción de un corazón a partir de uno de ratón al que se le han quitado las células hasta quedarse con su andamiaje, y que se sembró después con células madre de origen humano. Se trata solo de algo parcial, pero la estructura, a los 20 días de irrigarse con sangre, volvió a latir, lo que se considera el primer paso para un futuro órgano biosintético.
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