Se llama Kirobo, mide 34 centímetros y no supera el kilo de peso. Su misión será viajar a la Estación Espacial Internacional (ISS) para hacer compañía al astronauta japonés Koichi Wakata. Será incapaz de sentir empatía por su compatriota, pero al menos podrá charlar con él, reporta el periódico El Mundo.
“Puede parece un pequeño paso, pero para un robot es una enorme zancada”, afirma el propio robot con voz electrónica. Con sus botas rojas y su carcasa blanca y negra, respondió preguntas como si se tratara de una escena de Star Wars. “Será capaz de recordar la cara de Wakata para que al verse, puedan reconocerse”, comenta su creador, Tomotaka Takahasi.
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