El eclipse del 11 de julio de 1991 fue considerado como “el del siglo XX”, debido a su duración -poco más de seis minutos- y por la gran cantidad de gente que pudo observarlo, ya que la sombra originada por la Luna comenzó por las islas de Hawai, cruzó parte del Pacífico, entró a territorio mexicano por Baja California Sur a las 11 horas con 44 minutos y literalmente dividió al país en dos partes.
Después de atravesar el Mar de Cortés, el siguiente contacto terrestre fue en Tuxpan, Nayarit, en la costa del Pacífico a las 12 horas con 05 minutos (hora del centro). De ahí la importancia de la transmisión realizada por José Luis Reyes para el auditorio de Monitor. A esta hora el Sol se encontraba cerca del Cenit es decir a casi 90 grados con respecto al horizonte terrestre. Esta región fue el sitio donde se dio la máxima duración de la totalidad del eclipse, 6 minutos y 54 segundos.
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