Suena Google Glass como el futuro de los dispositivos. Las «gafas mágicas» tienen, prácticamente, las mismas funciones de un «smartphone» actual, pero algo ha cambiado. Ha sacado el móvil del bolsillo para colocarlo en la cabeza para optimizar sus funciones. El cacareado iWatch, que aunque ya existen modelos similares ya a la venta, también vislumbra un nuevo nicho de mercado.
Relojes, zapatillas, camisetas, anillos. La ropa inteligente ha comenzado abrirse paso. Estar la vanguardia de la moda está tomando una nueva dirección. Mientras, un puñado de compañías -¿visionarias?- se han lanzado a transformar gafas, pulseras y relojes en pequeños ordenadores portátiles, conectados tanto al cuerpo como a internet.
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