En un experimento que no mucho tiempo atrás sólo habría podido ser abordado en una historia de ciencia-ficción, unos investigadores, por vez primera, han conectado electrónicamente los cerebros de pares de ratas, permitiendo a éstas comunicarse directamente para solucionar problemas simples. En uno de los experimentos se logró enlazar los cerebros de dos animales separados por miles de kilómetros, uno en Durham, Estados Unidos, y otro en Natal, Brasil.
Los resultados obtenidos hasta ahora en esta fascinante línea de investigación sugieren que podría ser factible enlazar entre sí más de dos cerebros vivientes, para formar lo que el equipo de investigación llama «computadora orgánica», una singular máquina semiviviente que permitiría el flujo de información sensorial y motora entre los seres conectados.
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