Suponíamos que comer en el trabajo, en el escritorio, frente a la computadora es deprimente. Ahora, un estudio lo comprueba. Dónde comemos altera nuestro estado de humor y nuestra actitud hacia el trabajo, afectando la productividad y el desempeño.
La marca inglesa de pan Kingsmill, comisionó la investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Sussex. Se midió la felicidad de los trabajadores mientras almorzaban en diferentes lugares. Para esto, se utilizaron varias pruebas psicológicas como cuestionarios y ejercicios de asociación de palabras.
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