El consumo de tabaco está asociado, desde hace mucho tiempo, con diversas complicaciones en el organismo. Una vez que entra en el organismo, puede mermar la capacidad de los pulmones, las arterias, el corazón y recientes estudios demuestran también que ocasiona una reducida capacidad de reponerse ante las fracturas.
La investigación que acaba de presentarse en el Congreso de la Academia Americana de Cirugía Ortopédica, señala que que los fumadores tenían un riesgo 2,3 veces mayor de que sus fracturas de huesos largos -como el fémur o la tibia- no se unieran adecuadamente tras un accidente.
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