Por primera vez, astrónomos pudieron observar una etapa clave del proceso de formación de un planeta gigante, ubicado a más de 450 años luz de la Tierra, alimentado a través de enormes flujos de gas.
Gracias al radiotelescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama, en Chile, los investigadores pudieron observar este momento clave que confirma la teoría del nacimiento de planetas gigantes gaseosos.
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