A principios de 1950, se desarrolló en México el primer programa institucional destinado específicamente a impulsar y orientar los servicios dirigidos a la atención de personas con trastornos mentales, así como para promover la salud mental. Desde entonces, las políticas públicas en este campo se han ampliado.
Sin embargo especialistas indican que es necesario multiplicar los esfuerzos y modificar las estrategias debido a los profundos perjuicios que generan en la sociedad.
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