La línea de alta velocidad más larga del mundo, que une Pekín y Cantón, fue inaugurada este miércoles con la puesta en marcha de un primer tren rápido, marcando una nueva etapa en el gran desarrollo de la red ferroviaria china, salpicado, sin embargo, de escándalos y accidentes.
El tren recorrió sin incidentes los 2 mil 298 km que separan Pekín y Cantón, el gran polo económico del sur, en ocho horas, es decir, tres veces menos que en la actualidad. Circuló a una velocidad media de 300 km/h y realizó cinco paradas en las ciudades más importantes, como Zhengzhou, Wuhan o Changsha.
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