Uno de los agujeros negros que tiene la galaxia de Andrómeda está desobedenciendo las reglas de la física al emitir más rayos X de los que debería. Su masa es diez veces mayor que la del Sol, pero los registros de luminosidad exceden los límites establecidos por las teorías.
Una serie de fórmulas matemáticas establece lo que debería ser la máxima luminosidad del fenómeno en función de su mana, si lo que sucede con este agujero negro fuese el caso de una estrella normal, ésta se descompondría.
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