Investigadores estadunidenses anunciaron el descubrimiento de bacterias que viven en un lago salado en la Antártida sin luz ni oxígeno, un ambiente extremo que podría existir en otras partes de nuestro sistema solar donde tal forma de vida sería posible.
Este lago, llamado Vida, tiene concentraciones muy elevadas de amoníaco, nitrógeno, hidrógeno, azufre, nitrato y óxido nitroso. Los microorganismos descubiertos allí viven bajo 20 metros de hielo, en una agua cuya tasa de salinidad sobrepasa 20 por ciento y la temperatura es de menos 13 grados centígrados.
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