Científicos israelís han demostrado lo flexible y moldeable que puede ser nuestro cerebro al devolverle la visión a personas que padecen ceguera simplemente mediante una reorganización de las áreas cerebrales, enseñándole a aquellas áreas dedicadas a procesar la información visual a usar sonidos para formar imágenes, incluso lograron enseñar a individuos invidentes desde el nacimiento.
Anteriormente se pensaba que si la corteza visual se veía privada de la información visual como en el caso de los invidentes desde el nacimiento, ellos nunca desarrollarían una adecuada especialización neuronal por lo que la restauración de la vista con el tiempo era imposible.
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