De acuerdo con un estudio que acaba de publicar la revista Neuron, cuando tomamos decisiones rápidas el cerebro funciona de manera diferente, lo que nos induce a cometer más errores.
Analizando la actividad de neuronas individuales durante el proceso de toma de decisiones en una serie de experimentos con primates, los autores del trabajo comprobaron sus reacciones en dos juegos con recompensa, uno de ellos en los que la rapidez de la respuesta era clave para ganar y otro en la que lo importante era la precisión de la contestación. Así fue como descubrieron la actividad neuronal en la corteza prefrontal en juegos como el conocido Pasapalabra, en los que la velocidad prima, es previa incluso a que se conozca la cuestión que se plantea. En el segundo tipo de juegos, por el contrario, la actividad neuronal no se incrementa hasta que se planteaba la pregunta, aunque sea la misma que en el caso anterior. En otras palabras, el cerebro no emplea el mismo proceso cada vez que tomamos decisiones.
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