Un antibiótico natural descubierto en los años 50, la piridomicina, ha abierto una nueva vía de investigación para luchar contra las cepas de tuberculosis resistentes a los tratamientos habituales, especialmente aquellas que recientemente han afectado a Norteamérica, Sudáfrica y Rusia.
Según una investigación publicada hoy y realizada por científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, la piridomicina es un producto natural que logra eliminar el bacilo de Koch o bacteria mycobacterium tuberculosis, principal responsable de la mayor parte de los casos de tuberculosis y en algunos casos resistente a antibióticos usados tradicionalmente.
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