Desvelada en la conferencia Siggraph 2012 que se celebró en Los Ángeles el fin de semana pasado, la tecnología modifica la percepción táctil del usuario del mundo físico sin que tenga que ponerse unos guantes especiales o usar un aparato que proporcione una fuerza de retorno. Las sensaciones se pueden inducir cuando quien lo lleva toca una pantalla de ordenador, las paredes, los muebles, objetos de plástico o madera e incluso a otras personas.
En los últimos años la investigación de interfaces se ha acelerado, gracias a que el hardware es más barato y el software es más sofisticado. Esta investigación ha conducido al desarrollo de nuevos productos, incluyendo pantallas multitáctiles (ver «Sistema táctil al estilo iPhone en una pantalla gigante»), aparatos detectores de movimiento (ver «TR10: Interfaces gestuales») y pantallas 3D para las que no hacen falta gafas (ver «Una tableta 3D»). Un campo que despierta cada vez más interés es el del tacto, o la háptica, aunque suele implicar que el usuario tiene que interactuar con un aparato especializado y por ahora ha tenido una aplicación comercial limitada (ver «El lento ascenso del cirujano robot»).
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