En solo seis segundos un médico puede, desde cualquier parte, monitorear a larga distancia los niveles de glucosa que presenta en ese instante un niño mientras se encuentra en la escuela o en un campamento, o bien un adulto diabético, gracias al primer dispositivo, llamado IBG Star, que se coloca en los iPhone y iPod touch.
El medidor de glucosa es una especie de USB que se inserta en el área donde se conectan normalmente los artefactos de la empresa Apple, con la posibilidad de enviar en tiempo real la información a un médico o a la familia para intervenir de inmediato y evitar un descontrol de azúcar que pueda derivar en un coma diabético, una complicación e inclusive la muerte.
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