La cumbre sobre desarrollo sostenible de Río de Janeiro (Río+20) tanteará soluciones a la degradación del planeta del 20 al 22 de junio, en un clima de discrepancias y de intereses enfrentados, veinte años después de la Cumbre de la Tierra que dio la señal de alarma.
El presidente francés, François Hollande, uno de los pocos mandatarios de potencias occidentales que ya confirmó su asistencia, advirtió sin embargo del riesgo de «fracaso» y urgió a una «toma de conciencia» para impulsar en la agenda la cuestión ecológica, relegada a un segundo plano por la crisis económico-financiera mundial.
Ver completo en: Milenio