El 14 de mayo pasado, 19 hombres decidieron cambiar el rumbo de la producción agrícola en México. Con sus firmas, los miembros de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados ratificaron la minuta sobre la reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales (LFVV), la apuesta más firme por la privatización de las semillas en el país.
Cuatro meses antes, en noviembre de 2011, la reforma fue aprobada por el Senado y enviada a la Cámara de Diputados para su debate en el pleno. Los senadores argumentaron la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones sociales en México, como son el aumento de población o la reducción de la superficie agrícola, entre otros factores.
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