Saludar a un amigo chocando las manos. Frotar la mano de la novia. Actos ordinarios, pero todo un hito para un hombre paralizado.
Sin embargo, es una realidad: un brazo robótico colocado junto a su silla de ruedas fue el que hizo que las manos se tocaran palma con palma. Tim Hemmes le ordenó al brazo que se moviera con tan sólo pensar en ello.