Un balde de agua fría en el Caribe mexicano es refrescante, pero para Fernando Chico Pardo fue todo lo contrario y ya ordenó a su equipo de abogados que confronte la decisión del pleno de la Comisión Federal de Competencia (CFC) que por mayoría, no por unanimidad, resolvió no autorizar la participación del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur) en la licitación del aeropuerto de la Riviera Maya, «para evitar una concentración excesiva en el mercado de servicios aeroportuarios en la región».
El presidente y director general del primer grupo aeroportuario privatizado en el país no tiene miedo a la competencia, pero no está de acuerdo con los argumentos esgrimidos por la CFC, que dejan la puerta abierta a Grupo México-Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) y Corporación América-Tradeco Infraestructura para quedarse con la licitación y el proyecto que prevé inversiones de entre 250 y 300 millones de dólares, y quedarse con un 30 por ciento de la cuota de mercado de pasajeros de avión en la zona.
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