Las normas de construcción con especificaciones para resistir terremotos redujeron en Chile el número de muertos ante el sismo del 27 de febrero, pero la falta de controles en su aplicación provocó que 800 mil personas perdieran su vivienda, una lección que debe aprender la Ciudad de México, planteó el investigador de la Universidad de California en Berkeley, Vitelmo Victorio Bertero.
Con una magnitud de 8.8 grados, la energía liberada por el temblor chileno fue 500 veces superior al de Haití, de 7 grados, el 12 de enero, y con una tradición de movimientos telúricos, las reglas de construcción mitigaron los efectos, de modo que sólo hubo 521 muertos frente a los 300 mil haitianos, pero la cifra de damnificados sin vivienda es semejante al millón reportado en la nación caribeña.
La explicación, planteó el desarrollador de la ingeniería sismorresistente que mañana recibirá de la UNAM el Doctorado Honoris Causa, radica en el relajamiento en la verificación del cumplimiento de las normas.
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